Las uñas encarnadas, también conocidas como onicocriptosis, son una afección común que puede causar molestias intensas, infecciones recurrentes y afectar la calidad de vida de quienes la padecen. Aunque existen múltiples remedios caseros y tratamientos conservadores, en muchos casos la única solución definitiva es la intervención quirúrgica. En este artículo exploramos en profundidad qué son las uñas encarnadas, por qué se producen, cómo prevenirlas y cuál es el tratamiento que realmente pone fin al problema.
¿Qué es una uña encarnada?
Una uña encarnada ocurre cuando el borde de la uña, generalmente del dedo gordo del pie, crece hacia dentro y se clava en la piel circundante. Esto provoca inflamación, dolor, enrojecimiento y, en casos más graves, infección con pus y tejido hipertrófico. El cuerpo interpreta el borde de la uña como un cuerpo extraño, lo que desencadena una respuesta inflamatoria que no cesa hasta que se elimina el fragmento que está causando el daño1.
Causas más comunes
Las uñas encarnadas pueden aparecer por múltiples factores, entre ellos:
- Corte incorrecto de las uñas: Cortarlas en forma curva o demasiado cortas favorece que los bordes se claven en la piel.
- Calzado ajustado: Zapatos estrechos o de punta cerrada ejercen presión sobre los dedos, forzando el crecimiento anómalo de la uña.
- Traumatismos: Golpes o presión repetida sobre el dedo pueden alterar la forma de la uña.
- Genética: Algunas personas tienen uñas más anchas o curvadas, lo que las hace más propensas a encarnarse.
- Sudoración excesiva: La humedad constante ablanda la piel y facilita que la uña la penetre.
Síntomas que no debes ignorar
Los primeros signos de una uña encarnada incluyen:
- Dolor en el borde del dedo, especialmente al caminar o al usar calzado cerrado.
- Enrojecimiento e hinchazón.
- Sensibilidad extrema al tacto (incluso el roce de las sábanas puede ser insoportable).
- Formación de pus o tejido inflamado alrededor de la uña.
Si no se trata a tiempo, la infección puede extenderse y requerir antibióticos o intervención quirúrgica.
Tratamientos conservadores: alivio temporal
En fases iniciales, existen medidas que pueden aliviar los síntomas:
- Baños de agua tibia con sal: Ayudan a reducir la inflamación y suavizar la piel.
- Antisépticos tópicos: Aplicar povidona yodada o clorhexidina previene infecciones.
- Pomadas antibióticas: Útiles si ya hay signos de infección, pero deben ser recomendadas por un profesional.
- Corte adecuado: Siempre en línea recta, evitando redondear los bordes.
- Uso de calzado amplio y transpirable: Para evitar presión sobre los dedos.
Aunque estos métodos pueden ofrecer alivio, no resuelven el problema de raíz. Si la uña sigue creciendo de forma incorrecta, los síntomas reaparecerán.
La solución definitiva: cirugía ungueal
Cuando los tratamientos conservadores fallan o el problema es recurrente, la cirugía ungueal se presenta como la única solución definitiva2. Este procedimiento, realizado por podólogos especializados, consiste en eliminar el fragmento de uña que se clava en la piel y tratar la matriz (raíz) para evitar que vuelva a crecer en esa zona.
¿En qué consiste la cirugía?
- Anestesia local: Se aplica en el dedo afectado para evitar dolor durante el procedimiento.
- Extracción del borde ungueal: Se retira solo el lateral de la uña que causa el problema, no toda la uña.
- Legrado de la matriz: Se destruye la parte de la raíz que genera el crecimiento anómalo, lo que impide que la uña vuelva a encarnarse.
- Vendaje compresivo: Se protege el dedo para evitar infecciones y facilitar la recuperación.
Ventajas de la cirugía
- Solución permanente: El problema no vuelve a aparecer en el borde tratado.
- Alivio inmediato: El dolor desaparece casi al instante tras la intervención.
- Recuperación rápida: En pocos días se puede volver a caminar con normalidad.
- Estética conservada: La uña sigue teniendo un aspecto natural, aunque ligeramente más estrecha.
¿Es dolorosa la recuperación?
La mayoría de los pacientes reportan molestias leves durante los primeros días, que se controlan fácilmente con analgésicos. Es recomendable mantener reposo relativo, evitar deporte intenso y seguir las indicaciones del podólogo para el cuidado del vendaje. En general, la recuperación completa se da en 1 a 2 semanas.
¿Quiénes deben considerar la cirugía?
- Personas con episodios recurrentes de uñas encarnadas.
- Pacientes con infecciones frecuentes o dolor crónico.
- Quienes no han obtenido resultados con tratamientos conservadores.
- Deportistas o trabajadores que no pueden permitirse interrupciones constantes por este problema.
Prevención: la clave para evitar recaídas
Aunque la cirugía es efectiva, prevenir futuras uñas encarnadas en otros dedos es fundamental:
- Corta las uñas en línea recta, sin redondear los bordes.
- Evita calzado estrecho o puntiagudo, especialmente si pasas muchas horas de pie.
- Mantén los pies secos y limpios, usando calcetines de algodón y cambiándolos a diario.
- Consulta al podólogo regularmente, especialmente si tienes predisposición genética o problemas biomecánicos.
Conclusión: decir adiós al dolor
Las uñas encarnadas pueden parecer un problema menor, pero quienes las padecen saben lo incapacitante que puede llegar a ser. Si bien los remedios caseros y cuidados básicos pueden ofrecer alivio temporal, la única solución definitiva en casos persistentes es la cirugía ungueal. Este procedimiento, seguro y eficaz, permite recuperar la calidad de vida, eliminar el dolor y evitar complicaciones futuras.
No hay que resignarse a vivir con molestias constantes. Consultar a un especialista y tomar acción puede marcar la diferencia entre sufrir en silencio y caminar sin dolor.