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Vender bragas usadas: un negocio tabú que mueve miles de euros

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En el mundo digital actual, donde casi todo puede comprarse y venderse, ha surgido un mercado tan curioso como polémico: la venta de bragas usadas. Aunque para muchos puede parecer insólito, esta práctica se ha convertido en una fuente de ingresos para miles de personas, especialmente mujeres, que han encontrado en ella una forma alternativa de ganar dinero desde casa, de forma anónima y sin necesidad de mostrar su rostro.

Este artículo explora cómo funciona este negocio, por qué existe tanta demanda, qué plataformas lo permiten, y qué consideraciones éticas, legales y personales deben tenerse en cuenta antes de adentrarse en él.

¿Por qué hay demanda de bragas usadas?

La venta de ropa interior usada se basa en un fetiche sexual conocido como olfactofilia, que consiste en la excitación provocada por olores corporales. En este contexto, las bragas usadas se convierten en objetos de deseo por contener rastros del cuerpo de quien las ha llevado. Pero no todo se reduce al fetiche: también hay compradores que buscan una conexión emocional, una fantasía o simplemente la experiencia de adquirir algo íntimo y personal.

La demanda es alta, y los precios pueden variar enormemente. Una braguita que cuesta 3 euros en una tienda puede venderse por 20, 50 o incluso más de 100 euros, dependiendo de factores como:

  • Tiempo de uso
  • Actividades realizadas con la prenda (ej. deporte, trabajo)
  • Fotografías adicionales
  • Mensajes personalizados
  • Envío con aroma o presentación especial

¿Quién vende bragas usadas?

Aunque el perfil más común es el de mujeres jóvenes, el mercado es diverso. Hay vendedoras de todas las edades, orientaciones sexuales y estilos. Algunas lo hacen como ingreso extra, otras como parte de una actividad más amplia (como modelos webcam o creadoras de contenido para adultos), y otras simplemente por curiosidad o diversión.

Lo más importante es que muchas lo hacen de forma anónima, sin mostrar su rostro ni revelar su identidad. Las plataformas especializadas permiten mantener la privacidad y gestionar las ventas de forma segura.

¿Dónde se venden?

Existen varias plataformas dedicadas exclusivamente a la compra y venta de ropa interior usada. Algunas de las más conocidas incluyen:

  • Panty.com – Registro gratuito y anónimo
  • TastySlips – Comunidad segura con vendedores que ganan hasta 1.500 € al mes
  • All Things Worn – Mercado global para ropa interior usada, calcetines y otros fetiches
  • Sin Bragas y a lo Loco – Plataforma española con verificación de edad y control de privacidad

También hay quienes utilizan redes sociales, foros fetichistas o incluso plataformas generalistas como Wallapop o Milanuncios, aunque estas últimas no están diseñadas para este tipo de contenido y pueden eliminar publicaciones.

¿Cómo empezar?

Si estás considerando vender bragas usadas, estos son los pasos básicos:

  1. Elegir una plataforma segura: Asegúrate de que proteja tu identidad y tenga políticas claras.
  2. Crear un perfil anónimo: Usa un nombre ficticio, evita fotos personales y mantén tu privacidad.
  3. Establecer precios y condiciones: Decide cuánto tiempo usarás cada prenda, si incluirás fotos, mensajes, etc.
  4. Promocionar tus productos: Usa redes sociales con perfiles separados, hashtags específicos (#bragasusadas, #pantiesfetish, etc.) y contenido atractivo.
  5. Gestionar envíos: Usa embalaje discreto, nunca compartas tu dirección real y considera usar un buzón o servicio de mensajería.

¿Cuánto se puede ganar?

Los ingresos varían según la dedicación, la originalidad y la demanda. Algunas vendedoras ganan entre 200 y 500 euros al mes como ingreso extra. Las más activas, que combinan esta actividad con otras como el modelaje webcam o la venta de contenido, pueden superar los 1.500 euros mensuales.

La clave está en construir una base de clientes fieles, ofrecer productos personalizados y mantener una comunicación respetuosa y profesional.

Consideraciones éticas y legales

Aunque vender bragas usadas no es ilegal en la mayoría de países, hay aspectos importantes que debes tener en cuenta:

  • Edad mínima: Debes ser mayor de edad. Las plataformas suelen requerir verificación de identidad.
  • Consentimiento y privacidad: Nunca compartas datos personales ni permitas que te presionen para hacer algo que no deseas.
  • Contenido explícito: Si decides incluir fotos o mensajes eróticos, asegúrate de que cumplan con las normas de la plataforma y la legislación vigente.
  • Respeto mutuo: Aunque se trata de un mercado fetichista, debe existir respeto entre comprador y vendedor. Si alguien cruza límites, bloquea y reporta.

¿Es para ti?

Vender bragas usadas puede parecer una forma fácil de ganar dinero, pero no es para todo el mundo. Requiere seguridad emocional, límites claros y una actitud profesional. No es necesario mostrar el rostro ni revelar tu identidad, pero sí debes estar preparada para interactuar con personas que buscan experiencias íntimas.

Si lo haces por curiosidad, por necesidad económica o como parte de una actividad más amplia, asegúrate de informarte bien, protegerte y establecer tus propias reglas.

Conclusión: entre el tabú y la oportunidad

La venta de bragas usadas es un fenómeno que desafía tabúes, mezcla erotismo con comercio y abre nuevas posibilidades para quienes buscan ingresos alternativos. Aunque puede generar controversia, también representa una forma de empoderamiento para muchas mujeres que deciden monetizar su intimidad de forma segura y autónoma.

Como en cualquier negocio, el éxito depende de la estrategia, la ética y la constancia. Y aunque no es una actividad convencional, en el mundo digital actual, lo que antes era tabú hoy puede ser una oportunidad.

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